Nuria Nakamura y Bowery

Es viernes a la altura de la calle 14, su combinación favorita de ambientes: el día y calle predilectos para merodear y sentir el aire fresco de noviembre en el océano de Manhattan. Nuria Nakamura (y Bowery) lleva puesto un pantalón bastante ajustado que se compró en Zara, en el área de rebajas, hace dos otoños atrás; sigue siendo su favorito. La bufanda que lleva le abraza hasta el mentón, es de lana y color calabaza con lunares negros. Se la trajo de Madrid por insistencias de su madre. "Es de lana, hija", le había dicho cabizbaja pero firme al despedirla en el aeropuerto de Barajas. Lo que no sabía su madre era que nada más verla o tocarla era suficiente para que Nuria viajara sin moverse a su Madrid, a su tablao preferido en Malasaña, el que queda por la Caleta de San Vicente, en donde aprendió a amar a la vida un tanto más.


[Estudio de personajes: Nuria Nakamura y Bowery]