Ha sido tan increíble volver a la raíz de mi vida: las palabras. Hubo un tiempo en que no tenía más de cuatro: igual, bien, normal, mejor. Ahora que lo pienso, no abordé la quinta posible: peor. Quizá era la raíz luchando por mí, protegiendo mi centro, mi verdadera identidad.
Sin más, les comparto lo que escribí para describirme, como un ejercicio de dejar al agua fluir. ¿O acaso no es para eso que se llueven las palabras?
❝Comencé a escribir a los 10 años de edad. Mi primera pequeña gran revolución editorial fue precisamente a esa edad cuando, sin permiso pero sin pausa, publiqué un periódico estudiantil al que titulé Conexcuélate. Desde entonces he experimentado con varios medios de publicación incluyendo el blog Hilo Rojo (2010-2018), el libro auto-publicado Los suspiros de la vieja ciudad (2013), el Colectivo Isla Mía (2017-2018), y el pódcast Siempre es Hoy!(2019-2021), entre otros.
Hoy día mi casa en la web es El Vals de la Tarde, un blog en el que comparto estampas de mi vida real y las vidas de los personajes de mi auto-ficción. Mi narrativa se nutre tanto de la idea del movimiento constante así como de la efimiritud (palabra que me inventé para describir a la virtud de reconocerse en lo efímero). Mi interés en estos temas nació del giro refrescante que viví al hacer realidad el estudiar en la Universidad Autónoma de Madrid, España; allá fue que confirmé mi curiosidad por la psicología.
Siempre me encontrarás escribiendo hasta en los recibos, hablando con mi madre, explorando cafés, creando listas de canciones para marcar el tiempo y haciendo conciertos con Edith, mi ukelele, como bien pueden constatar mis vecinos.😋 Amo los verbos, la literatura y la realidad, lo cual es lo mismo que decir que amo a la vida.❞
GRACIAS POR LEERME!!
www.elvalsdelatarde.com