Y vuelven algunas rimas a mi mente cansada,
partes de guiones que creía olvidadas. Melodías que una vez pensé que iba a perder... se tornan ahora bellas y valientes sinfonías.
-Xoel López
¿Te has dado cuenta de las millones de formas en que puedes vivir?
¿Sabes que puedes decidir en este justo instante si deseas o no ser
quien has sido? Acá estoy, tanto tiempo después. En mis oidos el
compilado de canciones que abrigué bajo el título Septiembre 2019. Hay
melodías de varios rincones del mundo y muy frecuentemente de España y
Cuba. En mi corazón ciertos rasgos rebeldes y otros pacíficos, llenos
de contemplación. Hay temas que inundan mi mente como bandadas de
pájaros libres pero siempre volando hacia un mismo lugar. Y el que más
insiste, el tema que no se agota, que no se gasta, es el de escribir.
Hace poco pensé en lo absurdo de compartir tanto por tantos medios.
Fotografías, pensamientos, preguntas, contestaciones a través de todos
los puentes posibles: perfiles sociales, correos electrónicos, chats interminables. Luego me fijé en la creciente torre de libros que tengo en mi habitación. En específico noté el libro de las cartas de amor entre Rainer Maria Rilke y Andreas-Salomé.
Abrí el libro en una página cualquiera y comencé a leer. Las
descripciones de la realidad interna y externa se desbordaban. Todo
cuanto era perceptible para Rainer estaba allí: el color de las flores,
el clima de París, sus ganas de ser parte de Salomé, su desidia al
intentar traducir un libro aburrido, su dificultad para vivir en el
presente, sus planes futuros, sus historias nostálgicas. Me sonreí. La
vida contestaba a mi observación dudosa diciéndome lo que Jorge Drexler muy bien ya explicó:
Benditas servilletas en los bares
Que han guardado idénticos suspiros
Desde el cantar de los cantares