Acá te cuento (lo que sé de ti)

¿Sabes?  Nunca pensé toparme con tal magia.  Esa de poder mirar a la realidad y sorprenderme a tal grado de quedarme sin aliento.  Creo que lo bueno de la oscuridad, por más que suene cliché, es que una logra ver tan claramente a las estrellas.  Y ha sido increíble notarte.  Sentirte por completo en medio de todo lo monocromático que te ha enviado la existencia.  En ocasiones pensé haberte olvidado a conciencia, haberte vestido de paciencia y de increíbles rutinas.  Y, sin embargo, ahora te desvistes de todo ello y te arropas de un viento lleno de oraciones hechas pedacitos que, por intención y vitalidad, hacen más sentido en pedacitos que completas.  


Te noto.  Noto tus preguntas.  Noto tus ganas de saber más.  Noto, sobre todo, tu increíble fuerza silenciosa que lo puede todo.  Miro a tu corazón con delicada conciencia y justicia y veo en él un universo entero desbordado en cafés con leche, mensajes de amor que se van derritiendo de tan cargados de calidez que van, intenciones miles, respuestas millonarias en alegría.  


Te noto hoy.  Te aprecio.  Gracias por servirle de cuerpo a tu alma.  Gracias por ser la conciencia de la conciencia.  Gracias por detenerte ante cada paso.  Gracias por no rendirte ante la rudeza de la vida.  Gracias por siempre intentar dar lo mejor de ti. 


Con amor a las mujeres increíbles de mi vida,

Yésica Isabel


Posdata.  Esta carta tiene fecha del 20 de agosto de 2018.  Hoy la visité y decidí editarla para que creciera junto al tiempo que ya ha pasado desde aquel entonces.