he estado mirando tanto
tanto
tanto
tan abiertamente
los puntos y comas que me visten
las flores que me anclan
las lucecitas esas navideñas que cuelgan en mi alma todo el año
que me adornan este sueño de ser
y ahora, mientras quiero convertirlo todo en memoria y te escribo,
miro a través de la puerta entre abierta de mi cuarto,
este cuarto lleno de arena brillante,
y veo una estatua griega pequeñita que me saluda junto a un pequeño souvenir del coliseo romano que me regalaron alguna vez
y sobre ellos,
sobre esas sensaciones creadas en cerámica,
está la capilla del cristo, mi capital, podría decir
tan vieja como siempre
y tan habladora como siempre
vivaz
gozándose
la juventud eterna con las nubes de alguna tarde de verano que no recuerdo
con alguna intención que no recuerdo
pero con la sensación de creerlo
todo
posible
quiero explicarte todo lo que no fui esa noche
esa noche en san juan
recuerdo que todo comenzó como cualquier semilla,
del espacio,
del tiempo,
de una nada
una chispa me conquistó los sentidos
y así
después de algunos disparates económicos
di a parar a san juan
y allí
quedé en tantas calles con tantos amigos
y en la sol en una mesita de esquina del café st. germain recibí una noticia
la noticia de que mi reservación para la azotea inclemente era realidad
y que necesitaba abandonar aquel café cuanto antes
y que la llave secreta a una sensación nueva me esperaba disfrazada de un código eléctrico
no sabes
no sabes por cuánto tiempo había querido decirte que la realidad es lo mejor que me ha pasado
y mira que acumulo y categorizo
colores
y museos
y canciones
y listas de cosas pendientes
pero la realidad
ese día se acumuló tanto en mi sistema de memorias y lo venció todo
me despedí del café y de laura cuando ya el sol daba sus primeros bostezos
y las burbujas de la calle san josé flotaban hasta algún lugar inquieto
y yo con el corazón en las manos me atreví al fin a abrir esa puerta
…
y todo era tan viejo
al abrirla
todo era tan viejo
como esta sensación que sólo ocurre cuando apago al mundo
…
y al llegar y
al entrar y
al ver y
al caminar
todas
las experiencias, naufragios, rodeos, islas desiertas, costas
cristalinas, amapolas abiertas, selváticos desiertos, pisadas de mi vida
se hicieron conmigo
y al fin entendí que fueron ellos,
todo ello,
lo que me guió
hasta encontrarme en esas escaleras de losetas blancas y negras
se abrió mi vida a todo
y la logística y la seguridad no existieron ni siquiera al cerrar la puerta
y allí estaba yo
anclada en mí
y la decepción y la penuria y los vientos ciclónicos los sentía en mi garganta pero ya
ya no
no en mi corazón
ya no
no en mi corazón
y para llegar a aquella azotea tuve que cruzar un puente colgante de madera
y para abrir la puerta incrustada en cuatros paneles de madera solo tuve que abrir un diminuto candado
y para sentirme llena sólo tuve que vaciarme de mí
y fue increíblemente una noche arropada de lluvia, sereno, temblores de tierra, pirotecnia
donde al fin, digo al fin, en mi soledad
me escribí concluyente a mí misma
y con los miedos bien abiertos y los puños bien cerrados
volví a estar en san juan
yo y san juan
san juan y yo
como siempre fue
como siempre volví a imaginar
y no es hasta ahora
no es hasta marzo
que lo entiendo
que san juan es suficiente
que yo soy suficiente
y que esta mañana
y que aquella noche
y que todas las bienvenidas
y que todo lo humano
y que todas las sombras
y que toda esta luz
...
es lo que soy
YINQ
Texto y Fotografía © 2020
7 de marzo de 2020